Llevo varios días queriendo escribir sobre cosas que veo alrededor y que siento. La verdad en el fondo no es nada nuevo, que no haya expresado ya en otros posts en mi línea de pensamiento.
El caso es que con la situación actual de crisis económica, en la emisora de radio que escucho, Onda Cero, Carlos Herrera por las mañanas y Julia Otero por las tardes, ida y vuelta al trabajo, están que queman a la clase política en general (PSOE, PP, etc.). Hay contertulios de lo más diversos, por ejemplo con Julia tenemos a Sánchez Dragó y a Pilar Raola, de muy distinto signo político, pero me gusta el programa porque aunque se habla y se discute todo, en la base, en el fondo de la cuestión, en el fundamento, en las cosas importantes, hay consenso.
Es duro que tengamos que estar en crisis para empezar a mirar alrededor y ver las cosas que van mal. Personalmente pienso que en España, en esta sociedad, el problema no es la crisis económica. La crisis pasará, llevándose por delante a más o menos personas, familias, empresas, justa e injustamente, pero la sociedad permanecerá. Y es en esta sociedad donde yo veo un problema. Somos una democracia joven, y muy sesgada por nuestro nefasto pasado dictatorial, de manera que todavía nuestros políticos siguen haciendo dos bandos para todo, anclados en el pasado, en la lucha contra un enemigo político, en la perpetuación del cargo. Quién lo diría, pero tanto socialistas como populares son en cierta manera dictatoriales, porque comparten con Franco el hecho de querer estar ahí siempre a toda costa, olvidando que en su caso están ahí elegidos para resolver problemas y diseñar sólidas estrategias, poner de vez en cuando algún parche sí, pero no siempre.
Estos políticos no quieren ver que en nuestra sociedad hay un profundo problema de educación. No tiene nada que ver con si "Religión" o "Educación para la Ciudadanía" son obligatorias, no como ellos lo usan, sí, la palabra es usan. Tiene que ver con esta libertad mal entendida, la que va acompañada de impunidad, ilustrada por el señor que abre la puerta en un semáforo y vacía el cenicero en el suelo, por el que se deja la caca de los perros, por el que lleva una moto haciendo ruido, por el que lleva la música alta, por el vecino que tira las colillas en la escalera, por el que busca la subvención en lugar del trabajo y sacrificio, por el que interrumpe cuando otro habla, por el que insulta, grita y no argumenta, por el que adelanta en línea continua, por el que hecha luces para adelantar dos minutos en un trayecto de dos horas, por el que pide un crédito para comprar un coche teniendo la posibilidad de ahorrar y comprarlo luego, por el que pide que se le soluciones problemas que él mismo se ha creado innecesariamente, ...
La lista es muy larga, y me dejo muchos ejemplos importantes seguro. El caso es que todos sabemos que hay temas en los que esta sociedad está de acuerdo, porque es un tradición de siglos, y sin embargo nos da por llevarlos a la discusión en lugar de al consenso. Por ejemplo, y llevándolo a un extremo para ejemplificar lo que quiero decir: está claro que en esta sociedad no aceptamos comernos al vecino de al lado, ni siquiera a nuestro más acérrimo enemigo. Bien, pues hay toda una serie de cosas que no son tan crueles, pero que también son fundamentales, y que deberíamos pedir que se preservaran más, para una buena convivencia en sociedad: el respecto, la cultura del esfuerzo, la ambición comedida y la recompensa justa por citar una cuantas. Y digo "pedir que se preservaran" porque los políticos hacen lo que la gente pedimos, para perpetuarse. Hasta ahora la sociedad les hemos pedido que nos traten como borregos: que nos lleven en autobús a una paella o a un concierto, que le griten a su adversario político, que digan que lo va a hacer todo a la vez y muy bonito, que nos caigan simpáticos, que usen nuestro dinero para hacer propaganda ("Gobierno de España, Ministerio de Tal", "Generalitat Valenciana, Consellería de Cual"). Hombre ya está bien, que si estuvierais a lo que estáis no os deberíais hacer propaganda: esa sería vuestra propaganda.
La crisis no es más que un fiel reflejo de cómo hemos estructurado nuestra sociedad. Un ejemplo soy yo mismo, que hace dos años pegué un pelotazo inmobiliario, y haciéndolo todo de forma legal, tributé por la transacción, que hice en no más de un mes, un 18 %, mientras que una persona muy cualificada, trabajando un año para ganar el mismo dinero, tributa un 45 %. Esto es flagrante. El fisco se debía haber llevado un 90 %, porque yo estaba tratando con un bien inmueble que es una cosa básica y fundamental. No estaba vendiendo tecnología punta y "know-how", es como comprar pan a 0.75 euros y venderlo a 3 porque la gente quiere pan. Yo soy uno más que, aún reconociendo que está mal en los principios, lo hice, y que votaría para que no me lo dejaran hacer. En cierta manera mi actitud en ese caso choca con mis principios: miré hacia otro lado.
Y esto lo hacemos todos los días, en las cosas más pequeñas, y luego en las cosas grandes. Es que una persona individual tiene influencia en su círculo cercano, familia, unos pocos amigos de confianza, y gente con la que trabaja. En este círculo, nos rodeamos de gente que es como nosotros, que piensa y actúa de forma similar. No quiero una sociedad gris, todos con traje oscuro y sombrero, pero tampoco quiero "Matrix", algo muy bonito por fuera, pero falso y podrido en el fundamento. Pero todos esos pequeños círculos juntos son la sociedad ...
Como ciudadano, también me queda votar de forma responsable. Yo aquí no pido el voto para nadie, pero sí siempre he dicho que cambiaría mi voto si no estoy contento con lo que hay. Rosa Díez, el próximo va para ti, no me gusta el PSOE, el PP me decepciona, veamos qué tal lo haces tú.
viernes, febrero 06, 2009
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2 comentarios:
jeje, ya me acuerdo lo que te quería decir. Yo voté a IU en Alicante, el voto más inútil de la historia de la democracia, por culpa de la ponderación.
Pues eso, yo no tengo ni idea, pero según me comenta alguien en quien confío, este problema surge con la ley de d'Hont unido a demarcaciones provinciales.
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