En uno de los bajos de la comunidad de vecinos, hay una sucursal de Bancaja. Hace unos meses instalaron una cajero adicional al que está dentro de la sucursal, al cual se accede por la puerta, el nuevo en la parte exterior, en la fachada. Nada que decir sobre el cajero de dentro, la gente entra, entramos vaya, saca su dinero, se va. La puerta se abre, se cierra, y nada, ningún problema.
Sí que tengo que decir algo sobre el cajero de fuera, y es el pitido que emite por cada pulsación de tecla. Hasta que no pusieron este aparato en la fachada, no me había dado cuenta de cuánta gente, y a qué horas, saca dinero. Este cajero se utiliza muy a menudo, sobre todo los fines de semana, incluso a lo largo de toda la noche.
Dado que emite pitidos al aire libre, y son perfectamente audibles con ventanas y persianas cerradas, a mí personalmente me resulta molesto, más cuando estoy en la cama intentando dormir, o dormido de madrugada.
Por ello me puse en contacto con el administrador de la finca, para decirle si le parecía apropiado que hablase con el responsable de la sucursal, o más bien el constructor de la finca, que es el propietario del bajo, que tiene alquilado a Bancaja. Quise hacer esto porque pienso que aproximarse a, al fina y al cabo, un vecino, y exponerle el caso, es mejor que tirar por la vía legal directamente, y así pensó también el administrador.
El caso es que nuestro querido constructor, querido sí, en el muy muy buen sentido de la palabra, ha hablado varias veces con ellos, y le dicen que "han enviado un e-mail" a su sección de infrastructuras. Yo no he ido personalmente a hablar con ellos, porque pienso que el propietario es el que tiene autoridad moral para pedirles algo.
Visto que no nos han hecho caso, este señor, el propietario, nuestro constructor, me sugirió directamente que el administrador les requiriese la anulación del sonido por vía legal, es decir, mediante burofax. El administrador dice que es de ley y razón pedir esto, pues aunque en los estatutos de la comunidad se contempla este tipo de actividad en los bajos, ésta, y cualquier otra, está supeditada a que no cause molestias en la comunidad de vecinos.
Estos trámites los inicié el día 7 de Enero de 2009, hoy estamos a 28 de Febrero de 2009, y el cajero sigue pitando.
A mí personalmente se me caería la cara de vergüenza si alguien me dice que mi música, mi tele, mis zapatos de tacón por la noche :) , mi lavadora, mi secadora, lo que sea, le molesta, y no lo resolviera de inmediato.
En fin, así estamos, en continua lucha contra los inútiles ruidos del mal entendido progreso.
sábado, febrero 28, 2009
martes, febrero 24, 2009
Con confianza
Hoy ha sido un día positivo en el plano profesional. Me he reunido con dos personas para discutir detalles sobre una solicitud de patente que tenemos en proceso de redacción, he probado un software libre para la gestión de artículos y producción de "proceedings" de una conferencia que estamos organizando, y he tenido la oportunidad de hablar con dos personas de la UPM, con resultado muy placentero.
Supongo que es porque la línea de trabajo que llevamos se asienta en hacer que he visto a mi alrededor, y sobre todo en un hacer que no es otras formas que también he visto, y sigo viendo a mi alrededor. Y es un ámbito más en el que trato de plasmar mi ideal de cómo hacer las cosas. En la UPV hay muchos profesionales muy válidos y con una moral profesional muy sana, dedicados a su trabajo y función por el simple y llano hecho de desempeñarla, además de con el afán de producir y crear a su alrededor, y por supuesto de crecer ellos mismos como profesionales, pero de forma limpia.
Como en cualquier colectivo, encontramos gente cuyo fin no es tan limpio, cuya moral no es tan sana. Quizás más acentuado aquí por ser un ente público en el que es fácil evadirse de las consecuencias de los actos de uno mismo ... pero no siempre será así espero. También encontramos gente que sigue a gente, por distintos motivos, por consecuencia con su forma de ser, por lealtad bien entendida, pero también por necesidad, y por sectarismo irracional. Ciertos actos, ciertos comportamientos, en una empresa privada serían motivo de despido fulminante, en el mundo profesional de los profesionales de verdad (no de los mangantes) sería objeto de exclusión.
Pero en la UPV estamos en la administración pública, aquí no se puede despedir a nadie aunque haya sobrados motivos, aquí no se puede encausar a nadie a no ser que la líe gorda.
El tiempo dirá ... yo por si acaso lo tengo claro en estas elecciones a rector. Como alguien me decía hoy "es que tres meses después de las elecciones, me gustaría seguir cobrando la nómina".
Supongo que es porque la línea de trabajo que llevamos se asienta en hacer que he visto a mi alrededor, y sobre todo en un hacer que no es otras formas que también he visto, y sigo viendo a mi alrededor. Y es un ámbito más en el que trato de plasmar mi ideal de cómo hacer las cosas. En la UPV hay muchos profesionales muy válidos y con una moral profesional muy sana, dedicados a su trabajo y función por el simple y llano hecho de desempeñarla, además de con el afán de producir y crear a su alrededor, y por supuesto de crecer ellos mismos como profesionales, pero de forma limpia.
Como en cualquier colectivo, encontramos gente cuyo fin no es tan limpio, cuya moral no es tan sana. Quizás más acentuado aquí por ser un ente público en el que es fácil evadirse de las consecuencias de los actos de uno mismo ... pero no siempre será así espero. También encontramos gente que sigue a gente, por distintos motivos, por consecuencia con su forma de ser, por lealtad bien entendida, pero también por necesidad, y por sectarismo irracional. Ciertos actos, ciertos comportamientos, en una empresa privada serían motivo de despido fulminante, en el mundo profesional de los profesionales de verdad (no de los mangantes) sería objeto de exclusión.
Pero en la UPV estamos en la administración pública, aquí no se puede despedir a nadie aunque haya sobrados motivos, aquí no se puede encausar a nadie a no ser que la líe gorda.
El tiempo dirá ... yo por si acaso lo tengo claro en estas elecciones a rector. Como alguien me decía hoy "es que tres meses después de las elecciones, me gustaría seguir cobrando la nómina".
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lunes, febrero 16, 2009
Sobre "las clases medias"
Hace un par de semanas que tengo conocimiento de la plataforma clases medias liderada, entre otros, por el periodista Enrique de Diego.
Me tomé un tiempo en leerme su doctrina y argumentario, y en fin, no sé mucho de economía, pero muchas cosas allí me parecieron razonables.
Hubo una manifestación el Sábado 14 en la Plaza Colón de Madrid, y he tenido ocasión de leer el discurso de de Diego.
Prometía mucho el argumentario, al leer el discurso he pensado "otro Mesías oportunista más". Me parece muy irresponsable el tono del discurso. Incitar a la rebelión contra el sistema, en según qué cabezas, no puede traer nada bueno. Hace poco leí "La casa de los espíritus" de Isabel Allende. El final, en donde se aniquila un régimen para poner otro, y cómo se les va de las manos a los promotores de tal hecho, me pareció escalofriante.
El discurso está plagado de ataques a Zapatero, pocos al PP, y además termina econmendándose a Dios y la Virgen María. Yo no soy devoto de ZP, más bien lo contrario, y no tengo nada en contra de las religiones, y mi pregunta objetiva es: ¿QUÉ TIENE QUE VER ESTO CON EL ARGUMENTARIO? Tras leer el discurso de de Diego me parece otro vocero más.
Me respondo yo solo: NO TIENE QUE VER NADA DE NADA. Y esto me lleva de nuevo a la desilusión, ¿ES QUE NO HAY NADIE TOTALMENTE ASÉPTICO EN ESTE PAÍS?
Me tomé un tiempo en leerme su doctrina y argumentario, y en fin, no sé mucho de economía, pero muchas cosas allí me parecieron razonables.
Hubo una manifestación el Sábado 14 en la Plaza Colón de Madrid, y he tenido ocasión de leer el discurso de de Diego.
Prometía mucho el argumentario, al leer el discurso he pensado "otro Mesías oportunista más". Me parece muy irresponsable el tono del discurso. Incitar a la rebelión contra el sistema, en según qué cabezas, no puede traer nada bueno. Hace poco leí "La casa de los espíritus" de Isabel Allende. El final, en donde se aniquila un régimen para poner otro, y cómo se les va de las manos a los promotores de tal hecho, me pareció escalofriante.
El discurso está plagado de ataques a Zapatero, pocos al PP, y además termina econmendándose a Dios y la Virgen María. Yo no soy devoto de ZP, más bien lo contrario, y no tengo nada en contra de las religiones, y mi pregunta objetiva es: ¿QUÉ TIENE QUE VER ESTO CON EL ARGUMENTARIO? Tras leer el discurso de de Diego me parece otro vocero más.
Me respondo yo solo: NO TIENE QUE VER NADA DE NADA. Y esto me lleva de nuevo a la desilusión, ¿ES QUE NO HAY NADIE TOTALMENTE ASÉPTICO EN ESTE PAÍS?
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viernes, febrero 13, 2009
Reflexiones de una madrugada
Reproduzco aquí un escrito de mi señor padre, que no tiene blog, pero vamos que sí debería tenerlo.
Besos pare.
Reflexiones de una madrugada.
En este época en la que nos ha llegado de lleno la zozobra que produce la inseguridad en el trabajo, la incredulidad producida por la mentira continuada de la “malaclase” política y el agobio producido por las carencias y penurias económicas que sufren muchos de nuestros convecinos, y el riesgo cierto de que podemos ser nosotros uno mas en tal situación, no me cabe ninguna duda de que todos y cada uno de nosotros debería preguntar si no ha llegado el momento de cambiar.
Cambiar la forma y manera de enfocar la situación tanto económica como moral.
Económica puesto que, desde lo que antes denomine la “malaclase” política sea del color que sea, no se da ni remedio, ni solución, ni ayuda a los mas desfavorecidos, sino que en su afán de permanencia en el poder mienten sobre una realidad triste a la que nos han conducido.
Y nos han conducido permitiendo que unos pocos sobrevalorasen activos con afán de enriquecerse y luego recibiendo ayudas que pagaremos todos. Cosa no comprensible puesto que cuando se enriquecieron no dieron nada a los que ahora van a pagar.
Permitiendo que si alguien ha tasado un bien por encima de su valor para ofrecer dinero con interés lógico, ahora quiera cobrar un interés ilógico y además si no puedes pagar, el valor de lo tasado no sirve para nada. Solo lo que puedan querer pagar.
Serian innumerables y se necesitarían cientos de folios para hablar del abuso económico que los políticos han permitido, pero ahora no es tiempo de mas quejas ni de reproches, podemos y debemos todos y cada uno buscar formulas que nos permitan sobrellevar la situación y poco a poco salir de ella.
Dentro de las posibilidades de cada uno y entremezclando el enfoque económico y moral desde un nuevo prisma, cabria proponer la recuperación de valores que no por tradicionales han perdido su vigencia sino todo lo contrario.
En el contexto en que estamos inmersos, en donde como se apunta muchas personas atraviesan una difícil situación, podríamos practicar algo tan elemental como la generosidad. Generosidad para compartir parte de nuestros bienes y que seguro pueden ayudar a otros al transito hacia la mejora. Bienes que pueden ser de por si tanto los que abundan en nuestras casas como los derivados de nuestro tiempo y/o trabajo.
Podríamos –en el caso de no ser de los afortunados que disfrutan de desahogo económico- ofrecer a nuestros familiares, amigos, convecinos o en general a personas que lo necesiten, nuestro trabajo o conocimiento como ayuda a sus necesidades. Bien entendido que este caso no es otra cosa que lo que antes en cada pueblo se le denominaba aquello de “panes devueltos” o en mejor lenguaje actual “trabajos de buena vecindad” y que alguien tan importante como Pablo Coelho define como “banco de favores”.
En el firme convencimiento de que –salvo honrosas y escasas excepciones- los políticos son miserablemente corruptos y que su única preocupación es permanecer a lomos del contribuyente el máximo tiempo posible, malgastando recursos en innecesarios alardes de inversiones fatuas, somos todos y cada uno de nosotros, los que desde la solidaridad con nuestros vecinos debemos ponernos en camino de resolver este caos moral y económico al que nos han conducido.
Caos moral fácilmente apreciable cuando vemos que muchas personas han llegado al borde del precipicio económico por la falta de ética de esos políticos y sus aledaños que han ofrecido un cuerno de abundancia vacío, sin previsiones de futuro y sin ningún tipo de vergüenza a la hora de mentir sobre la situación real de la economía.
Caos moral fácilmente apreciable cuando vemos que nadie se retira de su cargo, pagado por todos, después de los graves errores cometidos tanto en dirigir como en ordenar trabajos, y que comparativamente con cualquier trabajo serian dignos del más duro despido posible por ineptos.
Caos moral fácilmente apreciable cuando –inmersos totalmente en la corrupción de los políticos y el robo a los demás ciudadanos- nadie se retira lleno de vergüenza ni nadie con el poder suficiente ordena que se retire a los ladrones que nos han esquilmado.
Caos moral fácilmente apreciable cuando –cerriles nacionalistas- solo miran su ombligo dejando fuera de sus cortas miras al resto de españoles. Increíblemente llamados “nacionalistas” cuando lo que pretenden y están consiguiendo con la complicidad de los políticos de todos los colores es precisamente romper la nación.
Podría seguirse citando infinitamente ejemplos de actuaciones llamémosles “equivocadas” cuando su nombre real es maliciosas e interesadas, pero en la actualidad no deberíamos preocuparnos mas por ellas sino solo recordarlas para el futuro y exigir responsabilidades en las urnas a todos los políticos de todos los colores.
En la actualidad nuestra mayor preocupación deberá ser encontrar las soluciones a las necesidades de nuestros semejantes. Ofrecer y pedir ayuda para los problemas para los que estemos capacitados o estemos sufriendo.
Para ello, alguien, persona o institución, debería poner en marcha –ya- una forma de poder intercambiarnos las ayudas que podamos ofrecer a los demás. Sin ánimo de nada más que eso –AYUDAR- y contribuir con nuestro pequeño grano de arena a la mejora del caos actual.
Y que nuestra solidaridad sea para con nuestros cercanos sin que, necesariamente, tenga que ser aplicada en un horizonte lejano.
Personalmente he encontrado a alguien que precisa de mis servicios y se los prestaré de una forma desinteresada. Si alguien mas me pide algo dentro de mis posibilidades no dudaré en dárselo, puesto que egoístamente quiero sembrar para, llegado el caso, poder pedir.
Compraré, lo poco a mucho que compre, de productos de mi entorno, en mi circulo y aunque ello implique un pequeño recargo en el precio, recargo que personalmente considero asumible en beneficio de mi mas cercana comunidad.
Con ello es indudable que no podré cambiar la tendencia actual de todo casi el mundo de solo mirar el día de hoy, pero si mas gente lo empieza a hacer así es seguro que nuestros productos y por ende nuestros resultados serán mejores. Nuestros agricultores, comercios, productores, empresas de servicios, etc. se verán favorecidos en la medida en que nosotros queramos.
Si consumimos nuestros productos es obvio que al aumentar la demanda podría aumentar la necesidad de mano de obra lo cual redunda en beneficio de todos nosotros. Y esta forma de actuación es seguro que no es una de esas “grandes medidas” prometidas e incumplidas por la “malaclase” política pero es seguro que algo hará, volviendo para terminar al rico refranero español “un grano no llena el granero pero ayuda al compañero”
En Albal (Valencia)
Pascual Muñoz.
12/02/2009 5:17:36
Besos pare.
Reflexiones de una madrugada.
En este época en la que nos ha llegado de lleno la zozobra que produce la inseguridad en el trabajo, la incredulidad producida por la mentira continuada de la “malaclase” política y el agobio producido por las carencias y penurias económicas que sufren muchos de nuestros convecinos, y el riesgo cierto de que podemos ser nosotros uno mas en tal situación, no me cabe ninguna duda de que todos y cada uno de nosotros debería preguntar si no ha llegado el momento de cambiar.
Cambiar la forma y manera de enfocar la situación tanto económica como moral.
Económica puesto que, desde lo que antes denomine la “malaclase” política sea del color que sea, no se da ni remedio, ni solución, ni ayuda a los mas desfavorecidos, sino que en su afán de permanencia en el poder mienten sobre una realidad triste a la que nos han conducido.
Y nos han conducido permitiendo que unos pocos sobrevalorasen activos con afán de enriquecerse y luego recibiendo ayudas que pagaremos todos. Cosa no comprensible puesto que cuando se enriquecieron no dieron nada a los que ahora van a pagar.
Permitiendo que si alguien ha tasado un bien por encima de su valor para ofrecer dinero con interés lógico, ahora quiera cobrar un interés ilógico y además si no puedes pagar, el valor de lo tasado no sirve para nada. Solo lo que puedan querer pagar.
Serian innumerables y se necesitarían cientos de folios para hablar del abuso económico que los políticos han permitido, pero ahora no es tiempo de mas quejas ni de reproches, podemos y debemos todos y cada uno buscar formulas que nos permitan sobrellevar la situación y poco a poco salir de ella.
Dentro de las posibilidades de cada uno y entremezclando el enfoque económico y moral desde un nuevo prisma, cabria proponer la recuperación de valores que no por tradicionales han perdido su vigencia sino todo lo contrario.
En el contexto en que estamos inmersos, en donde como se apunta muchas personas atraviesan una difícil situación, podríamos practicar algo tan elemental como la generosidad. Generosidad para compartir parte de nuestros bienes y que seguro pueden ayudar a otros al transito hacia la mejora. Bienes que pueden ser de por si tanto los que abundan en nuestras casas como los derivados de nuestro tiempo y/o trabajo.
Podríamos –en el caso de no ser de los afortunados que disfrutan de desahogo económico- ofrecer a nuestros familiares, amigos, convecinos o en general a personas que lo necesiten, nuestro trabajo o conocimiento como ayuda a sus necesidades. Bien entendido que este caso no es otra cosa que lo que antes en cada pueblo se le denominaba aquello de “panes devueltos” o en mejor lenguaje actual “trabajos de buena vecindad” y que alguien tan importante como Pablo Coelho define como “banco de favores”.
En el firme convencimiento de que –salvo honrosas y escasas excepciones- los políticos son miserablemente corruptos y que su única preocupación es permanecer a lomos del contribuyente el máximo tiempo posible, malgastando recursos en innecesarios alardes de inversiones fatuas, somos todos y cada uno de nosotros, los que desde la solidaridad con nuestros vecinos debemos ponernos en camino de resolver este caos moral y económico al que nos han conducido.
Caos moral fácilmente apreciable cuando vemos que muchas personas han llegado al borde del precipicio económico por la falta de ética de esos políticos y sus aledaños que han ofrecido un cuerno de abundancia vacío, sin previsiones de futuro y sin ningún tipo de vergüenza a la hora de mentir sobre la situación real de la economía.
Caos moral fácilmente apreciable cuando vemos que nadie se retira de su cargo, pagado por todos, después de los graves errores cometidos tanto en dirigir como en ordenar trabajos, y que comparativamente con cualquier trabajo serian dignos del más duro despido posible por ineptos.
Caos moral fácilmente apreciable cuando –inmersos totalmente en la corrupción de los políticos y el robo a los demás ciudadanos- nadie se retira lleno de vergüenza ni nadie con el poder suficiente ordena que se retire a los ladrones que nos han esquilmado.
Caos moral fácilmente apreciable cuando –cerriles nacionalistas- solo miran su ombligo dejando fuera de sus cortas miras al resto de españoles. Increíblemente llamados “nacionalistas” cuando lo que pretenden y están consiguiendo con la complicidad de los políticos de todos los colores es precisamente romper la nación.
Podría seguirse citando infinitamente ejemplos de actuaciones llamémosles “equivocadas” cuando su nombre real es maliciosas e interesadas, pero en la actualidad no deberíamos preocuparnos mas por ellas sino solo recordarlas para el futuro y exigir responsabilidades en las urnas a todos los políticos de todos los colores.
En la actualidad nuestra mayor preocupación deberá ser encontrar las soluciones a las necesidades de nuestros semejantes. Ofrecer y pedir ayuda para los problemas para los que estemos capacitados o estemos sufriendo.
Para ello, alguien, persona o institución, debería poner en marcha –ya- una forma de poder intercambiarnos las ayudas que podamos ofrecer a los demás. Sin ánimo de nada más que eso –AYUDAR- y contribuir con nuestro pequeño grano de arena a la mejora del caos actual.
Y que nuestra solidaridad sea para con nuestros cercanos sin que, necesariamente, tenga que ser aplicada en un horizonte lejano.
Personalmente he encontrado a alguien que precisa de mis servicios y se los prestaré de una forma desinteresada. Si alguien mas me pide algo dentro de mis posibilidades no dudaré en dárselo, puesto que egoístamente quiero sembrar para, llegado el caso, poder pedir.
Compraré, lo poco a mucho que compre, de productos de mi entorno, en mi circulo y aunque ello implique un pequeño recargo en el precio, recargo que personalmente considero asumible en beneficio de mi mas cercana comunidad.
Con ello es indudable que no podré cambiar la tendencia actual de todo casi el mundo de solo mirar el día de hoy, pero si mas gente lo empieza a hacer así es seguro que nuestros productos y por ende nuestros resultados serán mejores. Nuestros agricultores, comercios, productores, empresas de servicios, etc. se verán favorecidos en la medida en que nosotros queramos.
Si consumimos nuestros productos es obvio que al aumentar la demanda podría aumentar la necesidad de mano de obra lo cual redunda en beneficio de todos nosotros. Y esta forma de actuación es seguro que no es una de esas “grandes medidas” prometidas e incumplidas por la “malaclase” política pero es seguro que algo hará, volviendo para terminar al rico refranero español “un grano no llena el granero pero ayuda al compañero”
En Albal (Valencia)
Pascual Muñoz.
12/02/2009 5:17:36
viernes, febrero 06, 2009
Necesitamos un cambio social-político profundo
Llevo varios días queriendo escribir sobre cosas que veo alrededor y que siento. La verdad en el fondo no es nada nuevo, que no haya expresado ya en otros posts en mi línea de pensamiento.
El caso es que con la situación actual de crisis económica, en la emisora de radio que escucho, Onda Cero, Carlos Herrera por las mañanas y Julia Otero por las tardes, ida y vuelta al trabajo, están que queman a la clase política en general (PSOE, PP, etc.). Hay contertulios de lo más diversos, por ejemplo con Julia tenemos a Sánchez Dragó y a Pilar Raola, de muy distinto signo político, pero me gusta el programa porque aunque se habla y se discute todo, en la base, en el fondo de la cuestión, en el fundamento, en las cosas importantes, hay consenso.
Es duro que tengamos que estar en crisis para empezar a mirar alrededor y ver las cosas que van mal. Personalmente pienso que en España, en esta sociedad, el problema no es la crisis económica. La crisis pasará, llevándose por delante a más o menos personas, familias, empresas, justa e injustamente, pero la sociedad permanecerá. Y es en esta sociedad donde yo veo un problema. Somos una democracia joven, y muy sesgada por nuestro nefasto pasado dictatorial, de manera que todavía nuestros políticos siguen haciendo dos bandos para todo, anclados en el pasado, en la lucha contra un enemigo político, en la perpetuación del cargo. Quién lo diría, pero tanto socialistas como populares son en cierta manera dictatoriales, porque comparten con Franco el hecho de querer estar ahí siempre a toda costa, olvidando que en su caso están ahí elegidos para resolver problemas y diseñar sólidas estrategias, poner de vez en cuando algún parche sí, pero no siempre.
Estos políticos no quieren ver que en nuestra sociedad hay un profundo problema de educación. No tiene nada que ver con si "Religión" o "Educación para la Ciudadanía" son obligatorias, no como ellos lo usan, sí, la palabra es usan. Tiene que ver con esta libertad mal entendida, la que va acompañada de impunidad, ilustrada por el señor que abre la puerta en un semáforo y vacía el cenicero en el suelo, por el que se deja la caca de los perros, por el que lleva una moto haciendo ruido, por el que lleva la música alta, por el vecino que tira las colillas en la escalera, por el que busca la subvención en lugar del trabajo y sacrificio, por el que interrumpe cuando otro habla, por el que insulta, grita y no argumenta, por el que adelanta en línea continua, por el que hecha luces para adelantar dos minutos en un trayecto de dos horas, por el que pide un crédito para comprar un coche teniendo la posibilidad de ahorrar y comprarlo luego, por el que pide que se le soluciones problemas que él mismo se ha creado innecesariamente, ...
La lista es muy larga, y me dejo muchos ejemplos importantes seguro. El caso es que todos sabemos que hay temas en los que esta sociedad está de acuerdo, porque es un tradición de siglos, y sin embargo nos da por llevarlos a la discusión en lugar de al consenso. Por ejemplo, y llevándolo a un extremo para ejemplificar lo que quiero decir: está claro que en esta sociedad no aceptamos comernos al vecino de al lado, ni siquiera a nuestro más acérrimo enemigo. Bien, pues hay toda una serie de cosas que no son tan crueles, pero que también son fundamentales, y que deberíamos pedir que se preservaran más, para una buena convivencia en sociedad: el respecto, la cultura del esfuerzo, la ambición comedida y la recompensa justa por citar una cuantas. Y digo "pedir que se preservaran" porque los políticos hacen lo que la gente pedimos, para perpetuarse. Hasta ahora la sociedad les hemos pedido que nos traten como borregos: que nos lleven en autobús a una paella o a un concierto, que le griten a su adversario político, que digan que lo va a hacer todo a la vez y muy bonito, que nos caigan simpáticos, que usen nuestro dinero para hacer propaganda ("Gobierno de España, Ministerio de Tal", "Generalitat Valenciana, Consellería de Cual"). Hombre ya está bien, que si estuvierais a lo que estáis no os deberíais hacer propaganda: esa sería vuestra propaganda.
La crisis no es más que un fiel reflejo de cómo hemos estructurado nuestra sociedad. Un ejemplo soy yo mismo, que hace dos años pegué un pelotazo inmobiliario, y haciéndolo todo de forma legal, tributé por la transacción, que hice en no más de un mes, un 18 %, mientras que una persona muy cualificada, trabajando un año para ganar el mismo dinero, tributa un 45 %. Esto es flagrante. El fisco se debía haber llevado un 90 %, porque yo estaba tratando con un bien inmueble que es una cosa básica y fundamental. No estaba vendiendo tecnología punta y "know-how", es como comprar pan a 0.75 euros y venderlo a 3 porque la gente quiere pan. Yo soy uno más que, aún reconociendo que está mal en los principios, lo hice, y que votaría para que no me lo dejaran hacer. En cierta manera mi actitud en ese caso choca con mis principios: miré hacia otro lado.
Y esto lo hacemos todos los días, en las cosas más pequeñas, y luego en las cosas grandes. Es que una persona individual tiene influencia en su círculo cercano, familia, unos pocos amigos de confianza, y gente con la que trabaja. En este círculo, nos rodeamos de gente que es como nosotros, que piensa y actúa de forma similar. No quiero una sociedad gris, todos con traje oscuro y sombrero, pero tampoco quiero "Matrix", algo muy bonito por fuera, pero falso y podrido en el fundamento. Pero todos esos pequeños círculos juntos son la sociedad ...
Como ciudadano, también me queda votar de forma responsable. Yo aquí no pido el voto para nadie, pero sí siempre he dicho que cambiaría mi voto si no estoy contento con lo que hay. Rosa Díez, el próximo va para ti, no me gusta el PSOE, el PP me decepciona, veamos qué tal lo haces tú.
El caso es que con la situación actual de crisis económica, en la emisora de radio que escucho, Onda Cero, Carlos Herrera por las mañanas y Julia Otero por las tardes, ida y vuelta al trabajo, están que queman a la clase política en general (PSOE, PP, etc.). Hay contertulios de lo más diversos, por ejemplo con Julia tenemos a Sánchez Dragó y a Pilar Raola, de muy distinto signo político, pero me gusta el programa porque aunque se habla y se discute todo, en la base, en el fondo de la cuestión, en el fundamento, en las cosas importantes, hay consenso.
Es duro que tengamos que estar en crisis para empezar a mirar alrededor y ver las cosas que van mal. Personalmente pienso que en España, en esta sociedad, el problema no es la crisis económica. La crisis pasará, llevándose por delante a más o menos personas, familias, empresas, justa e injustamente, pero la sociedad permanecerá. Y es en esta sociedad donde yo veo un problema. Somos una democracia joven, y muy sesgada por nuestro nefasto pasado dictatorial, de manera que todavía nuestros políticos siguen haciendo dos bandos para todo, anclados en el pasado, en la lucha contra un enemigo político, en la perpetuación del cargo. Quién lo diría, pero tanto socialistas como populares son en cierta manera dictatoriales, porque comparten con Franco el hecho de querer estar ahí siempre a toda costa, olvidando que en su caso están ahí elegidos para resolver problemas y diseñar sólidas estrategias, poner de vez en cuando algún parche sí, pero no siempre.
Estos políticos no quieren ver que en nuestra sociedad hay un profundo problema de educación. No tiene nada que ver con si "Religión" o "Educación para la Ciudadanía" son obligatorias, no como ellos lo usan, sí, la palabra es usan. Tiene que ver con esta libertad mal entendida, la que va acompañada de impunidad, ilustrada por el señor que abre la puerta en un semáforo y vacía el cenicero en el suelo, por el que se deja la caca de los perros, por el que lleva una moto haciendo ruido, por el que lleva la música alta, por el vecino que tira las colillas en la escalera, por el que busca la subvención en lugar del trabajo y sacrificio, por el que interrumpe cuando otro habla, por el que insulta, grita y no argumenta, por el que adelanta en línea continua, por el que hecha luces para adelantar dos minutos en un trayecto de dos horas, por el que pide un crédito para comprar un coche teniendo la posibilidad de ahorrar y comprarlo luego, por el que pide que se le soluciones problemas que él mismo se ha creado innecesariamente, ...
La lista es muy larga, y me dejo muchos ejemplos importantes seguro. El caso es que todos sabemos que hay temas en los que esta sociedad está de acuerdo, porque es un tradición de siglos, y sin embargo nos da por llevarlos a la discusión en lugar de al consenso. Por ejemplo, y llevándolo a un extremo para ejemplificar lo que quiero decir: está claro que en esta sociedad no aceptamos comernos al vecino de al lado, ni siquiera a nuestro más acérrimo enemigo. Bien, pues hay toda una serie de cosas que no son tan crueles, pero que también son fundamentales, y que deberíamos pedir que se preservaran más, para una buena convivencia en sociedad: el respecto, la cultura del esfuerzo, la ambición comedida y la recompensa justa por citar una cuantas. Y digo "pedir que se preservaran" porque los políticos hacen lo que la gente pedimos, para perpetuarse. Hasta ahora la sociedad les hemos pedido que nos traten como borregos: que nos lleven en autobús a una paella o a un concierto, que le griten a su adversario político, que digan que lo va a hacer todo a la vez y muy bonito, que nos caigan simpáticos, que usen nuestro dinero para hacer propaganda ("Gobierno de España, Ministerio de Tal", "Generalitat Valenciana, Consellería de Cual"). Hombre ya está bien, que si estuvierais a lo que estáis no os deberíais hacer propaganda: esa sería vuestra propaganda.
La crisis no es más que un fiel reflejo de cómo hemos estructurado nuestra sociedad. Un ejemplo soy yo mismo, que hace dos años pegué un pelotazo inmobiliario, y haciéndolo todo de forma legal, tributé por la transacción, que hice en no más de un mes, un 18 %, mientras que una persona muy cualificada, trabajando un año para ganar el mismo dinero, tributa un 45 %. Esto es flagrante. El fisco se debía haber llevado un 90 %, porque yo estaba tratando con un bien inmueble que es una cosa básica y fundamental. No estaba vendiendo tecnología punta y "know-how", es como comprar pan a 0.75 euros y venderlo a 3 porque la gente quiere pan. Yo soy uno más que, aún reconociendo que está mal en los principios, lo hice, y que votaría para que no me lo dejaran hacer. En cierta manera mi actitud en ese caso choca con mis principios: miré hacia otro lado.
Y esto lo hacemos todos los días, en las cosas más pequeñas, y luego en las cosas grandes. Es que una persona individual tiene influencia en su círculo cercano, familia, unos pocos amigos de confianza, y gente con la que trabaja. En este círculo, nos rodeamos de gente que es como nosotros, que piensa y actúa de forma similar. No quiero una sociedad gris, todos con traje oscuro y sombrero, pero tampoco quiero "Matrix", algo muy bonito por fuera, pero falso y podrido en el fundamento. Pero todos esos pequeños círculos juntos son la sociedad ...
Como ciudadano, también me queda votar de forma responsable. Yo aquí no pido el voto para nadie, pero sí siempre he dicho que cambiaría mi voto si no estoy contento con lo que hay. Rosa Díez, el próximo va para ti, no me gusta el PSOE, el PP me decepciona, veamos qué tal lo haces tú.
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