Y luego dicen que los hermanos mayores son siempre los mayores. El sábado estuve con mi hermano, y mis dos primas, que son mellizas, nuestros consortes y nuestra descendencia. Resulta que mi abuela, nacida en 1929, cumple ahora en junio 80 años. Una de mis primas tuvo la idea de que nos hiciéramos unas fotos, y que las pusiéramos en un álbum, para regalárselo a nuestra abuela, en el transcurso de una comida sorpresa.
Así que allá nos fuímos, mi mujer, mi hija y yo. El plan original era tomar las fotos en el puerto de Catarroja, pero finalmente fuimos a la ermita de Santa Ana, en mi pueblo natal Albal. En varios sitios tomamos fotos, que publicaré más adelante. Un adelanto se puede ver en la página web del artista de mi hermano.
Tras la sesión de fotos, nos fuimos todos al bar a tomar un aperitivo. Mi hermano, el rey del quinto y tapa, se pidió un quinto de cerveza nacional, y yo un tercio de Heineken, el resto bebidas sin alcohol, y para todos bravas y boquerones en vinagre, repitiendo hasta tres veces, más una ración de puntilla. Eso sí, aparecieron cuatro quintos más progresivamente en la mesa, de los cuales "my bro" dio cuenta de cuatro, y yo finalmente de uno.
Yo no soy el rey del quinto y tapa, por ello me tuvo que llevar mi mujer a casa, con una felicidad extrema, la tripa llena de buenas tapas, y el corazón y la cabeza limpios por disfrutar de tan preciosa mañana, en genial compañía.
martes, mayo 12, 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario