Using convmv
A simple and reliable way to rename files and/or directories to lowercase is using convmv. To lowercase a file or directory use:
convmv --notest --lower SomeFileName
Leido en Tips de Gentoo Linux. Paquete en debian 'convmv'.
viernes, noviembre 30, 2007
martes, noviembre 27, 2007
Nomenclatura 'ware'
No recuerdo la primera vez que oí las palabras 'software' y 'hardware'. Probablemente han pasado más de 15 años. Desde entonces, han aparecido multitud de palabras terminadas en 'ware'. Este post es una recopilación de todas las que me pueda acordar, así como una breve definición. Se aceptan sugerencias.
Empecemos con la definición de la palabra anglosajona 'ware', de nuestro amable diccionario en línea Word Reference: "(sufijo) conjunto de utensilios".
Así, y esta es mi interpretación libre, 'hardware' (hard=duro) se refiere a los componentes tangibles de una computadora, y accesorios varios, mientras que 'software' (soft=blando), se refiere a los programas (intangibles) que se ejecutan en la computadora.
Sigamos con algunos términos relativos a la distribución de software. Tenemos 'freeware' (free=libre) para el software de libre distribución, es decir, por el cual no hay que pagar y cuya redistribución es libre bajo ciertas condiciones (ver licencia GPL). Tenemos por otro lado el software 'shareware' (share=compartir), utilizado para programas de distribución limitida, típicamente versiones que funcionan por un determinado periodo de tiempo y/o con funcionalidad reducida.
Hay un término que realmente me gusta mucho, 'abandonware' (abandon=despreocupación), se utiliza para sofware antiguo que ya nadie mantiene, ni actualiza. Es una palabra con la que uno se encuentra cuando busca juegos viejos de PC, entre otras cosas.
Después vienen las que producen preocupación, como 'malware' (mal abreviatura de malicious=maligno), para el software que hace cosas perniciosas dentro de nuestro ordenador. Por no hablar del famoso 'spyware' (spy=espía), para aquel software que recaba información de nuestra computadora con algún que otro fin.
Un término quizás menos conocido es 'middleware' (middle=intermedio), referido al software que habilita la comunicación entre software de alto nivel (p.e. aplicaciones) y software de bajo nivel (p.e. el sistema operativo).
Y bien, terminando este post he puesto en el Google 'ware terminology' y he contrado esta fantástica página web con términos adicionales 'ware', en el que hay más términos como 'greyware', 'adaware', ...
Ea, ça y est.
Empecemos con la definición de la palabra anglosajona 'ware', de nuestro amable diccionario en línea Word Reference: "(sufijo) conjunto de utensilios".
Así, y esta es mi interpretación libre, 'hardware' (hard=duro) se refiere a los componentes tangibles de una computadora, y accesorios varios, mientras que 'software' (soft=blando), se refiere a los programas (intangibles) que se ejecutan en la computadora.
Sigamos con algunos términos relativos a la distribución de software. Tenemos 'freeware' (free=libre) para el software de libre distribución, es decir, por el cual no hay que pagar y cuya redistribución es libre bajo ciertas condiciones (ver licencia GPL). Tenemos por otro lado el software 'shareware' (share=compartir), utilizado para programas de distribución limitida, típicamente versiones que funcionan por un determinado periodo de tiempo y/o con funcionalidad reducida.
Hay un término que realmente me gusta mucho, 'abandonware' (abandon=despreocupación), se utiliza para sofware antiguo que ya nadie mantiene, ni actualiza. Es una palabra con la que uno se encuentra cuando busca juegos viejos de PC, entre otras cosas.
Después vienen las que producen preocupación, como 'malware' (mal abreviatura de malicious=maligno), para el software que hace cosas perniciosas dentro de nuestro ordenador. Por no hablar del famoso 'spyware' (spy=espía), para aquel software que recaba información de nuestra computadora con algún que otro fin.
Un término quizás menos conocido es 'middleware' (middle=intermedio), referido al software que habilita la comunicación entre software de alto nivel (p.e. aplicaciones) y software de bajo nivel (p.e. el sistema operativo).
Y bien, terminando este post he puesto en el Google 'ware terminology' y he contrado esta fantástica página web con términos adicionales 'ware', en el que hay más términos como 'greyware', 'adaware', ...
Ea, ça y est.
bash: escalando imágenes
Hacer todas las fotos de un directorio más pequeñas:
for i in `ls *.JPG`; do convert -geometry 400 $i `echo $i |cut -d'.' -f1`-lite.jpg; done
Hace falta tener instalado 'convert', contenido en ImageMagick.
for i in `ls *.JPG`; do convert -geometry 400 $i `echo $i |cut -d'.' -f1`-lite.jpg; done
Hace falta tener instalado 'convert', contenido en ImageMagick.
sábado, noviembre 24, 2007
Mano vengadora, el contravacío
Dos de la madrugada en el edificio Suttol, del Centro de Investigación para la Materia de Valencia, Camino de las Moreras. Al final del gélido y oscuro pasillo que recorre los despachos del ala este, en la quinta planta, un ténue resplandor halógeno se desliza a través de las cortinillas de uno de los panelados. Dentro, el sonido de teclas y un monitor, a la única luz de una lámpara de mesa, se mezcla con el olor a espacio cerrado por varias horas, a papel, tinta, café y humanidad. En la pantalla, con texto de color verde que fluye por consolas con fondo negro, barras verticales de indicadores y una barra de progreso al noventa y tres por ciento, fija toda su atención. El sistema controla el experimento que tiene lugar varios niveles más abajo, ya en el subsuelo, en la sala segura número nueve. El indicador de profundidad espacial alcanza un nivel de setenta y tres amstrongs, y una luz verde se enciende. Anota en su cuaderno de experimentos el valor, tiempo, y condiciones iniciales. Nunca hasta ahora consiguió pasar el noventa por ciento, y hoy son tres puntos más.
El punto fijado en el espacio para la conexión está solamente a varias decenas de centímetros tras la pantalla, sobre la mesa de cortesía, convenientemente despejada. En la parte inferior izquierda el indicador alcanza el noventa y cinco por ciento, y automáticamente las cámaras de supervisión se conectan mostrando el interior de la sala segura numéro nueve. Desde cuatro puntos de vista, muestran el centro de la sala. Un nudo se forma en su garganta al ver por primera vez en la realidad, lo que desarrolló en decenas de libretas repletas de ecuaciones y diagramas que se apilan en las estanterías. Un punto oscuro, de diámetro treinta y dos milímetros, se capta en una de las cámaras, la frontal. Las rutinas de análisis de imágenes devuelven ahora un valor de cincuenta y ocho milímetros para el punto negro en el centro de todas las cámaras. En la cámara situada en el techo de la sala de seguridad se aprecia una ĺínea de dicha longitud, al igual que en la inferior, mientras que en la frontal y en la trasera se observa un cículo, de diámetro creciente. Noventa y ocho por ciento.
Sujetando el teclado, da la vuelta a la pantalla y activa el modo de control táctil de su portátil. Se dirige al otro lado de la mesa, y está a punto de tirar el café frío por encima de la unidad de control. Ya en otro lado, entre su escritorio y el punto de conexión sobre la mesa de reuniones, alcanza la varilla circular de aluminio diez centímetros de longitud, y uno de diámetro. El crecimiento del punto es ahora exponencial, llegado a ocho con cinco centímetros, indicador de progreso noventa y nueve con cuatro por ciento. Con la mano izquierda adjusta el parámetro de skew entre la velocidad de convergencia central y el ratio distancia entre punto origen y objectivo por tiempo de llegada. Noventa y nueve con nueve por ciento, nueve centímetros. El sudor resbala por su espalda, y ase con fuerza la varilla de aluminio. Un ligero desvanecimiento seguido de tintineo eléctrico en la luz de la lámpara y ...
Es una realidad, ante sí, sobre la mesa de reuniones, el círculo de diez centímetros de diámetro aparece formado. Las cámaras graban ahora en sendos servidores de datos situados en alas distintas del edificio, y con alimentación independiente. El cien por cien parpadea en amarillo sobre negro. Una brisa gélida surge del agujero. Con mano temblorosa, introduce la varilla en el agujero y se estremece al verla aparecer en el software multidisplay de cámaras, cincuenta metros más abajo, en la sala de seguridad número nueve. El contravacío, existe.
El punto fijado en el espacio para la conexión está solamente a varias decenas de centímetros tras la pantalla, sobre la mesa de cortesía, convenientemente despejada. En la parte inferior izquierda el indicador alcanza el noventa y cinco por ciento, y automáticamente las cámaras de supervisión se conectan mostrando el interior de la sala segura numéro nueve. Desde cuatro puntos de vista, muestran el centro de la sala. Un nudo se forma en su garganta al ver por primera vez en la realidad, lo que desarrolló en decenas de libretas repletas de ecuaciones y diagramas que se apilan en las estanterías. Un punto oscuro, de diámetro treinta y dos milímetros, se capta en una de las cámaras, la frontal. Las rutinas de análisis de imágenes devuelven ahora un valor de cincuenta y ocho milímetros para el punto negro en el centro de todas las cámaras. En la cámara situada en el techo de la sala de seguridad se aprecia una ĺínea de dicha longitud, al igual que en la inferior, mientras que en la frontal y en la trasera se observa un cículo, de diámetro creciente. Noventa y ocho por ciento.
Sujetando el teclado, da la vuelta a la pantalla y activa el modo de control táctil de su portátil. Se dirige al otro lado de la mesa, y está a punto de tirar el café frío por encima de la unidad de control. Ya en otro lado, entre su escritorio y el punto de conexión sobre la mesa de reuniones, alcanza la varilla circular de aluminio diez centímetros de longitud, y uno de diámetro. El crecimiento del punto es ahora exponencial, llegado a ocho con cinco centímetros, indicador de progreso noventa y nueve con cuatro por ciento. Con la mano izquierda adjusta el parámetro de skew entre la velocidad de convergencia central y el ratio distancia entre punto origen y objectivo por tiempo de llegada. Noventa y nueve con nueve por ciento, nueve centímetros. El sudor resbala por su espalda, y ase con fuerza la varilla de aluminio. Un ligero desvanecimiento seguido de tintineo eléctrico en la luz de la lámpara y ...
Es una realidad, ante sí, sobre la mesa de reuniones, el círculo de diez centímetros de diámetro aparece formado. Las cámaras graban ahora en sendos servidores de datos situados en alas distintas del edificio, y con alimentación independiente. El cien por cien parpadea en amarillo sobre negro. Una brisa gélida surge del agujero. Con mano temblorosa, introduce la varilla en el agujero y se estremece al verla aparecer en el software multidisplay de cámaras, cincuenta metros más abajo, en la sala de seguridad número nueve. El contravacío, existe.
viernes, noviembre 23, 2007
jueves, noviembre 22, 2007
Desactivar compiz en ubuntu 7.10 gutsy gibbon
Buscar en el Google cómo desinstalar (o desactivar) compiz en Ubuntu 7.10 es como buscar una aguja en un pajar. Todo gracias a que Ubuntu es 'tan fácil' que se convirtió en una herramienta popular, para el gran público, e intentar encontrar información útil te lleva a foros donde se discute de todo menos de la solución.
En fin al grano, en mi PC (con un solo núcleo, yo mortal) compiz-fusion va bien durante unas horas, y luego todo empieza a ir leeento, despaaaacio, cubiiito, daaaaando, vueeeltas. Como ya estoy harto de destripar linuxes (quité el Gentoo de mi sobremesa por este motivo) y quiero algo estable para trabajar, he decidido quitar compiz. ¡Ala el payo malaje qué ha dicho! ¡Que quiere quitar er compisss!
Pues sí: al final, abrir una consola (¿ezo quez lo que ez?), ejecutar gnome-compiz-preferences y deseleccionar 'Enable GL desktop', Y LUEGO NO OLVIDEMOS IR al menú de Sistema -> Sesiones, añadir /usr/bin/metacity a los programas de inicio e ir a la última pestaña para hacer click en 'Recordar programas en ejecución'.
Bueno, pues eso, que no hace falta que todo dé vueltas para trabajar.
En fin al grano, en mi PC (con un solo núcleo, yo mortal) compiz-fusion va bien durante unas horas, y luego todo empieza a ir leeento, despaaaacio, cubiiito, daaaaando, vueeeltas. Como ya estoy harto de destripar linuxes (quité el Gentoo de mi sobremesa por este motivo) y quiero algo estable para trabajar, he decidido quitar compiz. ¡Ala el payo malaje qué ha dicho! ¡Que quiere quitar er compisss!
Pues sí: al final, abrir una consola (¿ezo quez lo que ez?), ejecutar gnome-compiz-preferences y deseleccionar 'Enable GL desktop', Y LUEGO NO OLVIDEMOS IR al menú de Sistema -> Sesiones, añadir /usr/bin/metacity a los programas de inicio e ir a la última pestaña para hacer click en 'Recordar programas en ejecución'.
Bueno, pues eso, que no hace falta que todo dé vueltas para trabajar.
jueves, noviembre 15, 2007
Mano vengadora, el amanecer
Agencia Efe, 15 de Noviembre de 2007. En el día de ayer, varias personas denunciaron ante las autoridades hechos de naturaleza catalogada por estas últimas como de paranormal. El denominador común de las denuncias es la declaración por parte de las supuestas víctimas de haber recibido bofetadas, cachetes, incluso severos golpes en la cabeza por parte de una supuesta mano aparecida de la nada.
"Solamente me estaba maquillando en el espejo del coche mientras estaba parada en un semáforo, cuando de repente apareció un punto oscuro en el mismo, que se fue agrandando. Al principio pensaba que me estaba pasando algo en la vista, no sé, quizás un desprendimiento de retina, pero de repente una mano salió del agujero y me propinó una sonora bofetada. Entonces me he puesto a llorar y se inició el caos", declaró M.M.A. de Madrid, tras ser interrogada por la policía nacional por producir un atasco en la calle Velázquez, al quedarse totalmente parada en un semáforo en verde. "Estaba como ida, totalmente de los nervios, lloraba sin parar, y no quería contarnos lo que le había pasado" relató el agente que la encontró así en el coche, "pero es cierto que tenía una marca de cinco dedos en la cara", para concluir, "es imposible por la posición de los dedos que se propinase ella misma tal bofetada, pensamos que es un caso de malos tratos con huída del agresor, aunque el resto de conductores afirma no haber visto entrar ni salir nadie del coche de la supuesta víctima, ni si quiere vieron a nadie acercarse".
En otro punto de la red nacional de carreteras, en la N-234 al paso por Villarquemado, la Guardia Civil detuvo a un conductor por invadir el lado contrario de la calzada. Al ser preguntado argumentó "una mano apareció de repente y me golpeó en la cabeza". Los agentes de la benemérita le realizaron de inmediato las pruebas de alcohol y drogas, sin encontrar rastro alguno de sustancias prohibidas. Ante la insistencia y evidente desconcierto del conductor, este fue trasladado a un centro de salud cercano, donde se le administró un calmante.
La inverosimilitud de los relatos de los hechos contrasta con la aparación de un total de diez casos en distintos puntos del país, en horas muy próximas. Además del relato de la supuesta mano aparecida de la nada, todas los hechos ocurrieron en horas de alta densidad de tráfico.
En el caso del conductor de la N-234, algunos jubilados sentados a la entrada del pueblo aseguran que el conductor acababa de realizar un adelantamiento indebido en línea continua. Respecto al caso de la calle Velázquez, varios viandantes que se acercaron al tumulto producido por el atasco, reconocieron el coche y aseguraron que "se ha saltado varios semáforos calle abajo".
"Solamente me estaba maquillando en el espejo del coche mientras estaba parada en un semáforo, cuando de repente apareció un punto oscuro en el mismo, que se fue agrandando. Al principio pensaba que me estaba pasando algo en la vista, no sé, quizás un desprendimiento de retina, pero de repente una mano salió del agujero y me propinó una sonora bofetada. Entonces me he puesto a llorar y se inició el caos", declaró M.M.A. de Madrid, tras ser interrogada por la policía nacional por producir un atasco en la calle Velázquez, al quedarse totalmente parada en un semáforo en verde. "Estaba como ida, totalmente de los nervios, lloraba sin parar, y no quería contarnos lo que le había pasado" relató el agente que la encontró así en el coche, "pero es cierto que tenía una marca de cinco dedos en la cara", para concluir, "es imposible por la posición de los dedos que se propinase ella misma tal bofetada, pensamos que es un caso de malos tratos con huída del agresor, aunque el resto de conductores afirma no haber visto entrar ni salir nadie del coche de la supuesta víctima, ni si quiere vieron a nadie acercarse".
En otro punto de la red nacional de carreteras, en la N-234 al paso por Villarquemado, la Guardia Civil detuvo a un conductor por invadir el lado contrario de la calzada. Al ser preguntado argumentó "una mano apareció de repente y me golpeó en la cabeza". Los agentes de la benemérita le realizaron de inmediato las pruebas de alcohol y drogas, sin encontrar rastro alguno de sustancias prohibidas. Ante la insistencia y evidente desconcierto del conductor, este fue trasladado a un centro de salud cercano, donde se le administró un calmante.
La inverosimilitud de los relatos de los hechos contrasta con la aparación de un total de diez casos en distintos puntos del país, en horas muy próximas. Además del relato de la supuesta mano aparecida de la nada, todas los hechos ocurrieron en horas de alta densidad de tráfico.
En el caso del conductor de la N-234, algunos jubilados sentados a la entrada del pueblo aseguran que el conductor acababa de realizar un adelantamiento indebido en línea continua. Respecto al caso de la calle Velázquez, varios viandantes que se acercaron al tumulto producido por el atasco, reconocieron el coche y aseguraron que "se ha saltado varios semáforos calle abajo".
miércoles, noviembre 07, 2007
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