Esta semana llevo un horario raro. El lunes a las 4.30 ya estaba en pié, dejé a Salo en el aeropuerto, y me vine a currar. A las 6.00 estaba aquí.
Es genial, al menos eso parece a medida mañana, llegar pronto a trabajar: has hecho ya tantas cosas, y piensas lo pronto que te vas a poder ir a casa ... ingenuo ... porque al final, pardillo, me acabé quedando hasta las 19.30 como siempre ...
Y así empecé mal la semana, porque el martes no fui a mi sesión de pesas (era a las 7.30 a.m.) ni el miércoles por la mañana vine a currar a una hora decente ...
Hoy jueves, sigo con un dolor de cabeza que no veas, y todo, todo, todo, porque esta semana no estuvo en mi vida una persona, Salo, que regula mi ciclo vital.
Vuelve pronto cariño, te quiero.
jueves, noviembre 23, 2006
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