Ayer en el programa de Wyoming, del que soy fan ya declarado (gracias ZP por al menos el panem et circenses en esta crisis), hablaron de un nuevo concepto de reunión social en los hogares: el tupper sex.
Heredero de las reuniones de tupperware, en las que nuestras madres compraban aquellos maravillosos recipientes donde meter los alimentos, el tupper sex, tras una breve búsqueda por la red, es algo parecido, y de ahí el nombre: reuniones en las que te venden objetos. La gran diferencia estriba en el uso: tupper ware, para meter carne dentro, tupper sex, para metértelo dentro de las carnes. Radicalmente diferente, si se me permite (se me permite porque es mi blog).
Im-pre-sio-nan-te. Hay empresas que, según algunos foros, se dedican, a través de representantes, a este negocio: La Maleta Roja, Los Placeres de Lola, Condonia, Condomglobe (tupper sex en Google).
Cuanto menos, curioso.
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