domingo, octubre 26, 2008

Prevenir contra parchear (o poner un parche)

Hoy me ha dicho alguien que me sigue en mi blog. ¡Qué ilusión! Aparte de mi fiel akae (saludos chavalote), parece que tengo algún lector más. Así que he decidido lanzarme a publicar, con ánimo renovado. Hay varios temas que han pasado por mi cabeza en los últimos meses, pero por pereza, o falta de tiempo, el caso es que lo he dejado pasar.

El tema está relacionado con la gestión política en particular, y en general por lo que veo a mi alrededor. El título de este post tiene dos palabras, de cuyos significados y acepciones en el diccionario de la RAE, me gustaría extraer lo siguiente:


prevenir.
(Del lat. praevenīre).
1. tr. Preparar, aparejar y disponer con anticipación lo necesario para un fin.
2. tr. Prever, ver, conocer de antemano o con anticipación un daño o perjuicio.
6. tr. Anticiparse a un inconveniente, dificultad u objeción.
7. prnl. Disponer con anticipación, prepararse de antemano para algo.


y el otro término:


parche.
(Del fr. ant. parche, badana, cuero, y este del lat. Parthĭca [pellis], cuero de Partia).
8. m. coloq. Solución provisional, y a la larga poco satisfactoria, que se da a algún problema. No ponemos más que parches y la situación empeora.


Y es que hace varios meses que veo los Simpson, de los que no soy para nada aficionado, pero es lo único que ponen a las horas de las noticias para no verlas, porque estoy cansado de ver cómo los politicos gestionan y cómo se comporta la gente: ponen parches, acaparan. Da igual el signo de su partido, en general me transmiten una sensación de pocas luces, muchos eventos, muchos actos en pos de la propia supervivencia en el puesto, y nada de planificación y previsión de posibles dificultades.

Hoy en día estamos inmersos en una crisis económica de la que hace de dos a tres años muchos foros avisaban, debido a la especulación en materia inmobiliaria. De todas formas, en mi humilde y poco versa socióloga opinión, hay subyacente un problema social de actitud: el afán de ganar mucho en poco tiempo, alimentado todos los días por los múltiples concursos de televisión en la línea, y esta cultura global de pan, circo y mirar a otro lado.

No sé qué solución profunda se requiere, pero en sintonía al gran discurso de Ingrid Betancourt en los premios Príncipe de Asturias, que merecerá post aparte, creo que es algo que debe empezar en la intimidad de cada uno de nuestros hogares, en nuestro pequeño pero inmediato círculo de influencia. Es algo que debemos intentar transmitir a quien nos conoce, de palabra, y con nuestro ejemplo. En mi trabajo procuro pues, no siempre lo consigo, alcanzar una buena solución, con los medios disponibles, que sea satisfactoria para mí y para quien la recibe, en términos de calidad y económicos razonables, no acaparadores.

Sé que mi pequeño entorno es más sencillo que el que enfrentan nuestros políticos, pero también sé que ellos alimentan lo que el pueblo quiere, para conseguir su tan ansiada, acaparadora, supervivencia política.

Hagamos pues, muchos de nosotros, lo que queremos que ellos hagan, una gestión planificada, transparente y razonable, imbuyamos buenos valores, y veamos si nos imitan.

2 comentarios:

akae dijo...

Lo malo de intentar difundir esos valores es que la mayoría de ocasiones caen en saco roto. Acaba por vencernos la desazón y nos conformamos con quejarnos amargamente, y a la larga dejamos de intentarlo.

Además, la sociedad que nos rodea está acostumbrada a evitar el esfuerzo en medida de lo posible. Y cualquier cambio, sobre todo los de mentalidad, es un gran esfuerzo para los que están acostumbrados al "titentairment".
Aquí no se recompensa el trabajar duro, y se admira al que gana más dinero moviendo menos músculo o menos cerebro.
Y llevo unos 11 años escuchando la frase: "Eres joven e idealista, pero cuando madures cambiarás de parecer". Espero no madurar nunca. Seguir pensando que se pueden hacer muchas cosas mejor, y que la vida no consiste en "tener", sino en "ser".

Chetoo dijo...

Has hablado.