Hace unos días comentaba en este blog el mesecito que me esperaba, y ya toca a su fin: saqué el carnet de moto, hice esos viajes a Madrid, Bilbao y Eindhoven, y aquí estoy.
De Eindhoven quiero hablar hoy, y es que los que me conocéis sabéis que le tengo un especial cariño a esa ciudad, dado que estuve viviendo en ella un corto pero intenso periodo de 6 meses, la segunda mitad de 2004.
Desde entonces me une a la gente de la TuE, Technishe Universiteit Eindhoven, una relación personal y laboral altamente saludable y reconfortable. Por esto cada vez que vuelvo allí, tengo un sentimiento de volver a casa, a pesar de la comida, la lluvia y el idioma raro en el que hablan.
Esta vez he descubierto una parte de la ciudad bastante maja, y es que Eindhoven no tiene canales ni otras antigüedades, dado que fue reconstruida tras la II Guerra Mundial, desde cero porque fue totalmente destruida.
El sitio en cuestión está en Willeminaplein, y podéis ver alguna foto aquí adjunta. Es una plaza adoquinada de casas de dos plantas de ladrillo rojo y grandes ventanas. En esta plaza hay dos pequeños hoteles extremadamente baratos, viejecitos, pero bien cuidados y limpios. Yo estuve en el Theek-Zalk, y la próxima vez creo que probaré el Benno. Para que nos entendamos, comparemos con el Holiday Inn Eindhoven frente a la estación de tren: 150 € noche/persona en doble para uso individual + 20 €/día desayuno + 24 €/día internet, mientras que el Hotel Theek-Zalk cuesta 55 €/día en doble individal + 5 €/día desayuno + 5 €/día internet, a 8-10 minutos a pie de la estación. Desde luego hay una gran diferencia, pero en este hotel se puede estar muy bien y tan cerca del centro como en el Holiday Inn, eso sí, en un sitio mucho más bonito y mucho más tranquilo.
La única pega es que la taza del báter (acabo de borrar toilette, leches), está fuera de la habitación, pero la ducha dentro, en la habitación, tras pasar por el salón con 2 mesas, nevera, tv y hi-fi.
Además, si prescindimos de todo esto, la habitación "na más" cuesta 22 €/día.
En fin, vale la pena.
